Entramos a La Solidaria y nos encontramos con un ambiente muy cuidado... música, luz tenue, mesitas alumbradas por velas, en las cuales un menú subversivo nos invitaba a degustar exquisitos cafés, jugos naturales de naranja, pizzas... y más que nada a conspirar contra el sistema en un ambiente compañero en el cual se respiraba cultura libertaria.
En una sala de la casa, unxs compas hacían los acabados de los materiales que presentarán en la FLIA (Feria del libro independiente y alternativa) que tendrá lugar mañana en La Solidaria y pasado en El callejón de la Universidad. Antes de llegar a la sala principal, una mesa nos espera con volantes, el Periódico Anarquía, El Tierra y Tempestad, pegotines subversivos y el último boletín informativo de La Solidaria, todo para que cada unx lo tome, lo lea y haga su aporte voluntario. En la cocina, lxs compas dentro de sus delantales, se dedican al preparado de las delicias culinarias. Junto a la cocina, una mesa de difusión expone libros, pelis y folletos.
Se sienten las charlas, el repiqueteo de las tazas de café al ritmo de las cucharas, inicia una pequeña serie de cortumentales (el otro día me dijeron que los documentales de menos de 45 minútos no son documentales... será?) y al rato música en vivo.
Pero la cosa no termina ahí, algunxs compas se van y otrxs llegan. Alguien empieza a instalar un tocadiscos y unos parlantes, una caja con vinilos viejos, se escucha un tango y comienza el baile...
Nosotrxs nos ibamos, la cosa recién empezaba.
En plena resistencia contra la amenaza de desalojo y el hostigamiento policial instigado por la Iglesia Evangélica Alemana (que ninguna "buena nueva" trajo), La Solidaria se muestra llena de vida, un espacio que todxs debemos defender, un reducto desde donde potenciar la cultura anárquica y la lucha social.
Volveremos.
AIU
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