“Los golpes que se han hecho sentir son constantes y los vivimos todos los días en los barrios. Es la naturaleza de los cuerpos represivos [...]. No queremos tomar el poder, vamos contra el poder, y eso los desconcierta. Queremos todo y no negociamos nada. Libertad y auto organización, respeto, apoyo mutuo, reciprocidad. Abajo los victimarios, arriba la acción directa. Saquen sus manos de nuestros compañeros!”
Así acababa la segunda proclama que leyeron las compañeras frente al Ministerio del Interior. La rabia contra cada policía se sentía en cada palabra, en cada corazón de cada compañerx. Durante toda la marcha del último jueves 26 de setiembre, los cánticos contra la policía, los políticos y los medios masivos se hicieron sentir fuerte y claro. Cientos de gargantas cantaban el estribillo de una canción de una banda compañera: "para desinformar están los medios, para reprimir la policía, para someter está el trabajo, para contaminar celulosa y minería". Desde el inicio bombos y redoblantes, bombas de estruendo y graffittis adornaron la marcha con su fuerza, quebrando la cotidiana agonía de esta ciudad anesteciada...
Doble vallado. Policías formados con cascos, escudos y protectores de piernas. Chanchitas en la vuelta. Policías con potentes focos para filmar y fotografiar desde lejos a los manifestantes. Un despliegue policial que daba verdadero asco.
Del otro lado, nosotrxs: lxs que luchamos por un mundo sin oprimidos ni opresores, sin sometimiento, un mundo libre y solidario.

Salú compañerxs!
No hay comentarios:
Publicar un comentario