Mano tendida al compañero. Varios de los que hoy participamos del Ateneo Anarquista de Constitución tenemos vivo el recuerdo del nacimiento de La Solidaria. Cuanta alegría, cuanta expectativa por la apertura de un nuevo espacio que intuíamos compañero. Los viajes, las charlas en ambos locales nos ayudaron mucho a la hora de definir proyectos, formas de organización y sobre todo a no mirarnos el ombligo. Un par de intentos de encarar proyectos en común fueron suficientes para darnos fuerzas y ver que es posible y necesario pensar y actuar junto a ustedes.
El tiempo, los golpes y la solidaridad nos confirmarían esa sensación de los comienzos.
Un espacio vacío es una oportunidad, decían hace tiempo y lo demostraron. Quizás el hecho de escribir una líneas, sea una forma de asegurarnos que cada uno de los que hoy forman parte de La Soli sepa que acá estamos, que nunca estuvieron, ni estarán solos.
Compañeros, sepan que cuentan con nosotros.
Salud y A.
La solidaridad no entiende de fronteras ni de banderas.
¡Que saquen sus manos de nuestros centros sociales!
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