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Un profundo silencio que se prolonga desde hace ya 20 años, retumbó en todos los rincones del centro de Montevideo. Un silencio ensordecedor que cerca de 150 mil personas hicieron sonar desde lo más hondos de la lucha por verdad y justicia.
A veinte años de la primera marcha del silencio nos siguen hablando de reconciliación, de pasar página. A veinte años, el Ministro de Defensa Eleuterio Fernandez Huidobro, dice que las organizaciones de Derechos Humanos mienten cuando dicen que se está ocultando información.
A veinte años de la primera marcha del silencio la Suprema Corte de Justicia absuelve a Ricardo Zabala, confeso secuestrador del maestro Julio Castro.
A veinte años, militares y diversos implicados en detenciones, torturas y desapariciones durante la dictadura siguen guardando silencio, mientras los restos de los familiares gritan emergiendo a la superficie, mientras las ejecuciones son confirmadas por la aparición de sus propios cuerpos. Protegidos por el manto hipócrita y recalcitrante de la impunidad.
A veinte años, desde el poder siguen ofreciendo la resignación, el olvido y optan por la biología de los "viejitos presos" para no hacer justicia.
A veinte años, desde las organizaciones por los DDHH, desde los estudiantes, desde las organizaciones populares, se sigue exigiendo verdad y justicia, se sigue reivindicando la memoria desde la dignidad.
A veinte años, seguimos convencidos de que la mejor manera de izar los rostros de las y los compañeros desaparecidos, es levantando las banderas de la revolución, del combate de este sistema que muchos insisten en reformar: el capitalismo.
A veinte años miles seguimos diciendo con nuestros pasos Basta ya de impunidad!. Verdad y Justicia.
Nuestra memoria no olvida, nuestra dignidad no perdona.
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