Ayer de tarde a las 18:30 horas comenzamos a concentrar en Garibalidi y Monte Caseros para luego partir hasta el 2446 de Bulevar Artigas, donde en el tercer piso vive una de las responsables de que el zoológico Villa Dolores siga funcionando, Ana Olivera, intendenta de Montevideo.
La marcha contó con pancartas con consignas como “Ana Olivera, no negociamos, al zoo lo cerramos”, “la lucha no es por las condiciones, es por la libertad” y “Ana Olivera carcelera, este año cierra el zoológico”.
Proclama:
“Secuestradora”, “explotadora” y “asesina” son palabras fuertes y para decirlas hay que estar seguros de lo que se dice.
El zoológico Villa Dolores alberga cerca de quinientas vidas y es complicado decir “vidas” cuando el vivir se reduce a caminar de una esquina de la jaula a la otra. La miseria es llevada al extremo cuando el encierro se cotidianiza y los barrotes se vuelven una parte normal de la existencia. Generaciones tras generaciones naciendo en cautiverio, siendo intercambiados de un zoológico de un lado del mundo al otro como si fueran piezas de una colección, separados de la tierra que los vio nacer y aislados de los de sus especies. ¿Qué es eso si no es secuestrar?
El zoológico Villa Dolores tiene sus responsables, hay varios personajes que tienen un cargo con el que de una u otra manera sustentan y colaboran con la existencia del zoológico, además de Ana Olivera, Eduardo Tavares, director del zoológico; María del Carmen Leizagoyen, directora técnica del zoológico de Montevideo; Andrés Montero, director administrativo del zoológico de Montevideo; Eduardo Rabelino, director de la División de Artes y Ciencias de la Intendencia; Héctor Guido, director general del departamento de Cultura y Fernando Cirilo, ex-director y actual veterinario del zoológico. Hay algo en común entre todos estos personajes y es que tienen un cargo con el que se llenan los bolsillos de dinero quitándole la libertad a otros animales, ellos defienden las rejas porque viven de ellas. Se enriquecen con el espectáculo de la esclavitud. Entonces, ¿qué es eso si no es explotación?, ¿qué son sus responsables si no son explotadores?
El zoológico Villa Dolores tiene sus muertos, desde muertos por enfermadades causadas por no adaptarse a sus espacios, por obstrucciones digestivas al ingerir restos de cuerdas y bolsas, por ingerir trozos de alambres que perforaron sus órganos, hasta el conocido caso en que la guardia metropolitana asesinó a tiros la elefanta que padecía artrosis. ¿Hasta qué punto los responsables del zoológico Villa Dolores no son también responsables de estas muertes? Ellos no los capturaron de sus hábitats naturales pero fueron ellos los que firmaron los papeles necesarios para sus traslados. Todas las muertes dentro del zoológico Villa Dolores son asesinatos.
Hay pocas cosas que ponen a cualquiera casi a la altura misma de los responsables, la indiferencia, el quedarse callados y el mirar para otro lado son algunas, claro, la domesticación le puede tocar a cualquiera.
Con rejas y golpes intentan domesticar lo más salvaje.
Con reformas y mentiras tratan de domesticar a los que protestan.
Nosotros no somos de los domesticados, no somos de los que nos callamos, no somos de los que negociamos la libertad. En el tercer piso de este apartamento vive la intendenta Ana Olivera, responsable principal del zoológico Villa Dolores, secuestradora, explotadora y asesina.
Hay una cosa más absurda que el encierro, que las rejas, que el lucro que llevan adalente los responsables tomando como mercancía la vida, más absurda que el espectáculo del aislamiento y la tortura, que el paseo de los Domingos a ese mundo de depresión, hay una cosa más absurda que un zoológico y es dejar que los responsables anden tranquilos haciendo lo que hacen.
La marcha contó con pancartas con consignas como “Ana Olivera, no negociamos, al zoo lo cerramos”, “la lucha no es por las condiciones, es por la libertad” y “Ana Olivera carcelera, este año cierra el zoológico”.
Proclama:
“Secuestradora”, “explotadora” y “asesina” son palabras fuertes y para decirlas hay que estar seguros de lo que se dice.
El zoológico Villa Dolores alberga cerca de quinientas vidas y es complicado decir “vidas” cuando el vivir se reduce a caminar de una esquina de la jaula a la otra. La miseria es llevada al extremo cuando el encierro se cotidianiza y los barrotes se vuelven una parte normal de la existencia. Generaciones tras generaciones naciendo en cautiverio, siendo intercambiados de un zoológico de un lado del mundo al otro como si fueran piezas de una colección, separados de la tierra que los vio nacer y aislados de los de sus especies. ¿Qué es eso si no es secuestrar?
El zoológico Villa Dolores tiene sus responsables, hay varios personajes que tienen un cargo con el que de una u otra manera sustentan y colaboran con la existencia del zoológico, además de Ana Olivera, Eduardo Tavares, director del zoológico; María del Carmen Leizagoyen, directora técnica del zoológico de Montevideo; Andrés Montero, director administrativo del zoológico de Montevideo; Eduardo Rabelino, director de la División de Artes y Ciencias de la Intendencia; Héctor Guido, director general del departamento de Cultura y Fernando Cirilo, ex-director y actual veterinario del zoológico. Hay algo en común entre todos estos personajes y es que tienen un cargo con el que se llenan los bolsillos de dinero quitándole la libertad a otros animales, ellos defienden las rejas porque viven de ellas. Se enriquecen con el espectáculo de la esclavitud. Entonces, ¿qué es eso si no es explotación?, ¿qué son sus responsables si no son explotadores?
El zoológico Villa Dolores tiene sus muertos, desde muertos por enfermadades causadas por no adaptarse a sus espacios, por obstrucciones digestivas al ingerir restos de cuerdas y bolsas, por ingerir trozos de alambres que perforaron sus órganos, hasta el conocido caso en que la guardia metropolitana asesinó a tiros la elefanta que padecía artrosis. ¿Hasta qué punto los responsables del zoológico Villa Dolores no son también responsables de estas muertes? Ellos no los capturaron de sus hábitats naturales pero fueron ellos los que firmaron los papeles necesarios para sus traslados. Todas las muertes dentro del zoológico Villa Dolores son asesinatos.
Hay pocas cosas que ponen a cualquiera casi a la altura misma de los responsables, la indiferencia, el quedarse callados y el mirar para otro lado son algunas, claro, la domesticación le puede tocar a cualquiera.
Con rejas y golpes intentan domesticar lo más salvaje.
Con reformas y mentiras tratan de domesticar a los que protestan.
Nosotros no somos de los domesticados, no somos de los que nos callamos, no somos de los que negociamos la libertad. En el tercer piso de este apartamento vive la intendenta Ana Olivera, responsable principal del zoológico Villa Dolores, secuestradora, explotadora y asesina.
Hay una cosa más absurda que el encierro, que las rejas, que el lucro que llevan adalente los responsables tomando como mercancía la vida, más absurda que el espectáculo del aislamiento y la tortura, que el paseo de los Domingos a ese mundo de depresión, hay una cosa más absurda que un zoológico y es dejar que los responsables anden tranquilos haciendo lo que hacen.
Coordinación por el cierre del zoológico.
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