martes, 6 de mayo de 2014

Un Muñeco, un Discurso, un Estado de Persecución. LA CRIMINALIZACIÓN NO TIENE TREGUA


¡Alerta! las urnas no los disuaden de la persecución. Siguen  acosando a los que luchan, continúan recortando los derechos de la protesta.
Ayer 1º de mayo se quemó un muñeco con uniforme de milico. ¡Qué horror! gran  alboroto. 
Hoy 2 de mayo en pleno 8 de octubre los policías de la 15 y de otras comisarías -apoyando a la IMM- confiscaron mercadería y patotearon, tiraron al piso a hombres y mujeres para sacarles algunas prendas, empujando a niños con túnicas escolares. Y les pegaron dentro de la 15. No oí a los sindicatos policiales indignarse por nada de esto.  
A  lo largo de la historia hemos quemado muchos símbolos del capitalismo y su mundo de horror, símbolos yanquis, sus banderas, sus logos, sus monedas, sus bancos, la esvástica, los uniformes militares, policiales y más…los defensores del orden salen al cruce pidiendo condena por un muñeco quemado en la vía pública, ¿acaso pidieron y condenaron a los milicos que mataron a Sergio Lemos, a Santiago Yerle, a Machado en la misma 15? No, claro que no.
El milico sindicalizado –que no tenía la gorra- pero la tenía en su cabeza salió a amenazar: esto no va a quedar acá…La Sra. milica Patricia Rodríguez, presidenta de USIP, se sintió muy herida porque “en el día de festejo de los trabajadores se sintieron agredidos”. Ni día de festejo, ni su día.
Si hay un día que no es de los milicos es el 1º de mayo, es un día de pelea, de pensar la emancipación, de memoria. ¡Hay que oírlos! 
La policía está en contra del pueblo, humilla, es violenta, golpea, tortura, mata, desaparece, vende drogas, armas, roba, viola, siembra revólveres.
Y dependiendo de la necesidad que tengan patrones y Estados de castigar; mandan a tirar contra la gente, para mantener los privilegios de unos pocos. 
Aunque los integrantes de los aparatos represivos sean tan pobres como los trabajadores, están amparados por los poderosos de turno. La función de la policía es esencialmente distinta a la de los trabajadores.
La policía tiene armas, impunidad y salvoconductos para reprimir y matar. Hoy conviven en la estructura sindical de PIT-CNT, desde allí hicieron la conferencia de prensa amenazando a los trabajadores involucrados y pidiendo represión.
El ministro Bonomi que tiene atornillado su sillón salió a decir que son delincuentes los que quemaron el muñeco milico y Guarneche ya les tiró a los jueces el posible delito: atentado con agravado    
Los policías son esa parte de la sociedad cooptada por las políticas de Estado, entrenados para obedecer y dispuestos a lo que sea para obtener un pago, sea este miserable o no. Porque hace bastante que se priorizan los presupuestos militares y policiales en desmedro al de la salud, la enseñanza, la alimentación, la vivienda.
Roque Dalton, escribió un poema preclaro respecto a los aparatos represivos.
El  poeta salvadoreño sostuvo que la poesía revolucionaria no tiene que servir para hacer poetas sino para hacer la revolución. 
 
 

LOS POLICÍAS Y LOS GUARDIAS 

Siempre vieron al pueblo
como un montón de espaldas que corrían para allá
como un campo para dejar caer con odio los garrotes.
 
Siempre vieron al pueblo con el ojo de afinar la puntería
y entre el pueblo y el ojo
la mira de la pistola o la del fusil.
(Un día ellos también fueron pueblo
pero con la excusa del hambre y del desempleo
aceptaron un arma
un garrote y un sueldo mensual
para defender a los hambreadores y a los desempleadores).
 
Siempre vieron al pueblo aguantando
sudando
vociferando
levantando carteles
levantando los puños
y cuando más diciéndoles:
“Chuchos hijos de puta el día les va a llegar.”
(Y cada día que pasaba
ellos creían que habían hecho el gran negocio
al traicionar al pueblo del que nacieron:
“El pueblo es un montón de débiles y pendejos -pensaban-
qué bien hicimos al pasarnos del lado de los vivos y de los fuertes”).
 
Y entonces era de apretar el gatillo
y las balas iban de la orilla de los policías y los guardias
contra la orilla del pueblo
así iban siempre
de allá para acá
y el pueblo caía desangrándose
semana tras semana año tras año
quebrantado de huesos
lloraba por los ojos de las mujeres y los niños
huía espantado
dejaba de ser pueblo para ser tropel en guinda
desaparecía en forma de cada quién que se salvó
para su casa y luego nada más
sólo que los Bomberos lavaban la sangre de las calles.
(Los coroneles los acababan de convencer:
 “Eso es muchachos -les decían-
duro y a la cabeza con los civiles
fuego con el populacho
ustedes también son pilares uniformados de la Nación
sacerdotes de primera fila
en el culto a la bandera el escudo el himno los próceres
la democracia representativa el partido oficial y el mundo libre
cuyos sacrificios no olvidará la gente decente de este país
aunque por hoy no les podamos subir el sueldo
como desde luego es nuestro deseo”)…
 
 Ir. 2/5/14

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